Ese objeto imaginario al que solemos subir a las personas, para repentinamente ver cómo caen.
Ese objeto imaginario al que solemos subir a las personas, para repentinamente ver cómo caen.
Una manera de dejar fuera de mi cerebro esas cosas que a veces se me ocurren. Inicios, desarrollo, estado actual.
Mi análisis de este problemático juego, y cómo a veces salirnos de nuestra zona de confort, no funciona.
Esos personajes que muchas veces solamente están parados esperando una interacción, que se repite… y repite… y repite…
Esas pequeñas (o no) creaturas con las que a veces decidimos convivir, otras veces ellas deciden convivir con nosotros, y algunas veces, son simplemente accidentes de vida.
Todos tenemos de estos, de una u de otra manera, pero los tenemos
Eso que nos va a, o dicen que nos va a matar a todos, ya sea por nuestra culpa o no. ¿Por qué estamos tan interesados en esto?
La necesidad de encajar, o de querer “modernizar” las cosas, puede a veces estar justificada, pero no cuando el alma de eso que estamos cambiando queda destrozada por el cambio.
¿Por qué estamos tan fascinados con estos seres de ultratumba que nos visitan o nos molestan, ya sea para bien o para mal?
Buscar la salida más fácil y automatizada no nos va a llevar a ningún lado.