Videojuegos…

Una de las actividades que más realizo, de tantas cosas que hago, pero nunca termino, es jugar videojuegos. Es una actividad que realmente utilizo de maneras distintas. Muchos amigos juegan porque simplemente hay que hacerlo, o se espera de ellos, o porque realmente tienen la pasión por ellos.

Mi primer encuentro con los videojuegos fue cuando, mi padre, persona bien inteligente y astuta, se compró una computadora que cargaba videojuegos por medio de un casete, y se veía en un monitor blanco y negro que ha de haber tenido unas medidas en diagonal de 5 pulgadas más o menos.

El juego: Frogger.

El poder jugar ese tipo de videojuegos en casa se vio amplificado con la llegada de un Atari 2600 a la casa, el cual incluía Pac-Man y comenzó a hacer que esta actividad fuera más social, ya que uno de mis vecinos tenía Atari también, y comenzamos a tener sesiones de juego en su casa y en la mía.

Posteriormente, en la oficina de mi padre se adquirió una Apple II Plus, la cual amplió la cantidad de juegos a los que tuve alcance, haciendo un pequeño círculo de jugadores entre la empresa vendedora Cibermex, y otras tantas tiendas que realmente no recuerdo cómo se llaman. Pero la cantidad de juegos que pasaron por mis manos en esas épocas de hace como 40 años, fue inmensa. Muchas veces recuerdo los juegos, pero desafortunadamente, no recuerdo sus nombres.

Pasado el tiempo, y varios cambios de computadora en la oficina, llegó a casa una blanca Apple IIc, la cual todavía funciona y está por ahí. Ahí sí que los juegos de computadora entraron a casa con toda su fuerza, superados solamente un poco después por un Nintendo Entertainment System (NES) adquirido en un viaje familiar a Parral, Chihuahua.

Aztec, Captain Goodnight, Lode Runner y demás, son unos de los que más recuerdo, por distintas razones. Juegos que de una manera u otra, para la época, despertaban la imaginación y sorprendían con sus logros en los sistemas de esa época. Nunca olvidaré como Captain Goodnight sacaba su yo-yo cuando lo ignorabas por un tiempo para indicar que no estabas jugando ni poniendo atención a lo que sucedía.

Posteriormente, debido a que mi padre era el que adquiría las computadoras, y por razones de trabajo, la próxima computadora adquirida era lo que ahora se le conoce coloquialmente como una PC. Una máquina enorme “portátil” que no tengo la menor idea de cuanto pesaba, pero era un monstruo que de portátil no tenía nada.

Es en este sistema en donde descubrí los juegos de aventura, de los cuales hablaré después, pero los cuales ocuparon todo momento y tiempo de videojuegos por años. Todo lo demás era ignorado, porque había que jugar el siguiente juego, o cualquier otro de la misma marca. Sierra On-Line, mucho tiempo de mi vida lo pasé contigo y con Graham, Wilko, Larry y los demás.

Conforme paso el tiempo, mi tipo de juegos fue cambiando, pasando por un buen rato a los de estrategia en tiempo real (Warcraft) y después a los First Person Shooters, los cuales dominaron parte de mi vida por varios años.

Mi regreso a las consolas fue después de que cambié mi computadora por una Mac, lo cual redujo mi capacidad de jugar substancialmente, y con el préstamo de un Nintendo 64, el cual incluía un juego que logró que los juegos de “horror” comenzaran a gustarme: Resident Evil 4.

Un Xbox 360 prestado después, y quedé atrapado por las consolas. La cantidad y variedad de juegos posibles en ellas, sin tener que meterse a mover infinidad de configuraciones en Windows para que el juego jalara bien, fue uno de los puntos esenciales que lograron que ahora decidiera que las consolas eran el medio óptimo para jugar los últimos juegos.

Cantidad de juegos he comprado y recomprado en ocasiones, conforme he avanzado en la vida. Muchas veces, aún emulo uno que otro videojuego en la Mac. El cambio a Apple Silicon abrió ciertas oportunidades y si sabemos buscar en línea, hay cantidad de maneras de jugar juegos viejos, si los encontramos.

Mi equipo en la actualidad: Un Xbox Series X, PlayStation 5, Nintendo Switch, Steam Deck, Xbox One, MacBook Pro M1.

Lo que no tengo: Tiempo.