Leonardo.AI - Caja de cartón con la fecha '1980'

Producto de su época

Cine, Gaming, General, Música, Televisión

¿Por qué el título? Básicamente, porque gracias a este hobby que acabo de iniciar, me he dado cuenta de cómo muchas veces tenemos memorias y recuerdos en la cabeza de algo, lo que sea, y lo tenemos en un pedestal, o como algo mágico y maravilloso… hasta que lo volvemos a visitar.

Krull

Hace mucho me di cuenta de esto, pero no lo había terminado de asimilar realmente. Todo empezó cuando decidí volver a ver la película de “Krull” (IMDB), una película de Sci-Fi mezclada con fantasía, que recuerdo que cuando era niño, me había gustado muchísimo… y efectivamente me sigue gustando muchísimo, ya que superé el volverla a ver.

El ejemplo claro: Llega un punto, después del obligado secuestro de la princesa por el malo de la película, que llegó del espacio exterior en la nave espacial más ecológica o impráctica que ha existido, y nuestro héroe, Colwyn, recibe la indicación de ir a recoger la Guja (que no es una Guja, es como el hijo bastardito de un cuchillo de pandillero con una estrella ninja mutante), que, obvio, es la única arma que puede destruir al enemigo.

La Guja de Krull - Render de Blender, propio.
La Guja de Krull1

Colwyn decide que sí, va a ir por la Guja, la cual está en una cueva en lo alto de una montaña, la cual hay que subir… en tiempo real. La película gasta demasiado tiempo en ver como nuestro héroe sube la montaña, y sube, y sube. Y se acuerda que le debe dinero a la señora del perico, y sube, y recuerda que ya le pagó la semana pasada. Y sube, y sube, y pondera sobre si esa subida tan exagerada realmente vale rescatar a Lyssa (la princesa secuestrada) y así… hasta que por fin llega a la cueva, saca la guja, y la película toma su velocidad normal.

Ese tipo de cosas no pasa ahora… estamos acostumbrados a tanta acción en tan poco tiempo, que Colwyn se hubiera prácticamente teletransportado a la cueva, o solo le hubieran dedicado un par de segundos a la escalada. Ahorita, hasta yo esperaba que se cayera, con tal de terminar la tortura, pero en su época, eso era de lo más normal.

De la misma manera, el Soundtrack. Desde que lo comienzas a escuchar, gritas “¡¡80’s!!” (La película es de 1983). Es agradable, pero no tengo ninguna de sus piezas en mi rotación normal de música. No sé si son tantos sintetizadores o que, pero no.

Clive Barker’s Undying

Acabo de empezar (por el hecho de obligarme a poder emular ese juego del 2001 de manera exitosa en la Mac), y voy a la mitad, de este maravilloso juego: Clive Barker’s Undying (GOG)

Igual, es un producto de su época. Los gráficos “realistas” (no sé qué tan grosero sea ponerle más comillas a eso, lléguenle), y la “increíble” animación, ahorita, no pasarían los estándares de nadie.

Desde que inicia y nos ponen un paisaje de una isla de irlanda con cuatro árboles, secos, y perdidos en el contraste del atardecer y la mansión de los Covenants, hasta la increíble (en serio, es muy buen escenario) pero mal texturizada mansión de los Covenants. El hecho de que cada ala de la casa se tenga que cargar por separado, los efectos especiales y demás, lo colocan como un juego del 2001. Ni más ni menos.

Pero eso no le resta absolutamente nada a la historia, que es básicamente una mezcla de varios monstruos clásicos: vampiro, pirata, hechicero, fantasma, bruja, y el malo, todo en un bonito ambiente, en una isla perdida en irlanda, en donde un mal está despertando desde un círculo de piedras.

Creo que algo de lo mejor que tiene, para la época, es que los acentos de cada personaje es local, en especial el personaje que uno maneja, Patrick Galloway, quien habla con un acento irlandés, y no con un inglés común y corriente, como solía utilizarse en todos los juegos de la época.

¿Recomiendo el Juego? Totalmente, pero no es para cualquiera… no por el terror, sino el tener que regresar a vivir al 2001, las constantes (pero casi instantáneas) pantallas de carga, la inexistente opción de un autoguardado, y que realmente, a veces, se ve muy mal.

Los Simpson’s

En la televisión, no hay más claro ejemplo de esto, que “Los Simpson’s”, así que no voy a deambular mucho aquí.
Todos sabemos que las primeras temporadas, cuando Bart era realmente el eje central de la serie, eran mejores que las actuales. Hecho, todavía me hacen reír, pero no estoy desesperado como con muchas otras series, esperando el próximo capítulo.

Recreación del sillon morado de los Simpsons y su TV
Recreación del sillon morado de los Simpsons y su TV

Música

De esto no puedo opinar mucho. Mis gustos musicales son raros y normalmente me la vivo escuchando soundtracks de películas, viejas y nuevas. Y cuando no, música clásica.

Es raro que escuche pop, porque me distrae, y la música nueva es difícil que me guste, así que es más factible que me regañen por no conocer al artista de moda, que por equivocarme en distinguir entre compositores clásicos.

Cierre

En fin, el tema surge, también, porque yo soy un producto de mi época. Ya me puedo poner a chochear (cuando me conviene) y sacar la edad si me da flojera hacer algo… o esconderla para hacer lo que quiera. He tratado de mantenerme actualizado, utilizando lo que está a mi alcance para hacerlo, pero, al final, soy un producto de mi época.

Si no duermo entre 7 y 8 horas, me pongo insoportable. No me gusta desvelarme. No tomo alcohol más que en contadas ocasiones, con las personas correctas, o si estoy muy enojado (esto último en casa, mientras buscamos un juego donde podamos matar indiscriminadamente a enemigos a diestra y siniestra). Ya no fumo porque sale muy caro y prefiero gastar en juegos retro. Voy al cine en las mañanas cuando no va nadie y soy prácticamente el dueño de la sala.

Soy un producto de mi época, sea buena o mala, y me he adaptado bastante bien, creo, a las épocas que le han seguido. Aun así, seguramente hay gente que no me tolera porque soy raro, o no cuadro. No me importa, probablemente ya me di cuenta, y realmente, no me importa.

  1. Krull Glaive – Thingieverse, Props3DPro ↩︎
Author

Diseñador Gráfico, Administrador, Profesor, Fotógrafo, Gamer… De todo un poco… y sí…

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