Flux - Un cementerio al amanecer

Muerte

General, Vida

Lo único inevitable que tendremos que enfrentar tarde o temprano.

¿Qué es?

En corto, es cuando algo deja de vivir. Es algo que es inevitable, la mayoría de las veces es algo triste, y algunas veces, incómodo.

Ya que habitualmente solo se le asigna calidad de “vivo” a la sección biológica del Reino Natural, así que podemos incluir en esto a plantas, animales, virus, amebas, eucariotas y procariotas.

También, y no podemos hacerlo menos, es esa entidad existente en múltiples religiones: Tánatos, la Santa Muerte, Osiris, Dagda, Arawn y los demás.

¿Qué se hace?

Algo que casi nunca nos esperamos, es cuando nos dicen que alguien, cercano o lejano a nosotros, murió.

Muchas veces, lo primero que hacemos, es quedarnos callados, en lo que nuestro cerebro hace ese sonido indicando que se acaba de reiniciar y tratamos de comprender la noticia. Otras personas inmediatamente se sienten mal (procesan más rápido la información y de inmediato caen en modo empático). Hay otras que de inmediato sacan su lista de “To Do” para hacer lo que sea necesario para poder procesar la noticia después. Yo soy uno de esos.

Las veces que me ha tocado tener que ser partícipe de este tipo de sucesos, han sido todos y cada uno diferentes.

Cuando se murió mi abuela Rosa, realmente no recuerdo que sucedió. Sabía que tenía cáncer y sabía que iba a suceder tarde o temprano, pero, en lo que recuerdo, simplemente paso y no tengo ni idea de cómo fue todo el postmortem, pero fue en Guanajuato, así que probablemente mis padres no me/nos quisieron llevar.

Cuando se murió mi tío en San Luis, fue mi primer acercamiento a todo un proceso en el cual, de cierta manera, nos trataron de mantener alejados, pero del cual abusé bastante, aprovechando el suceso como pretexto para salirme de la escuela, ya que la funeraria estaba en la misma cuadra. Y esta fue la primera vez que vi un cadáver, lo cual causó un impacto bastante fuerte, que se me olvido cuando nos sacaron de la funeraria a mis primos y a mí por andar contando chistes. En los funerales me da “tonto”.

Obviamente, a nadie le gusta andar viendo cadáveres, así que el segundo, fue algo que sucedió por accidente cuando murió mi abuela. Llegando al hospital, se me ocurrió preguntar por el lugar donde estaba ella, y no donde estaban mis familiares. La gente del hospital, muy amable, me indicaron en dónde se encontraba y lo primero que veo al abrir la puerta, es el cadáver de ella en la mesa.

Hecho, debí preguntar en dónde estaban los familiares, y pues eso me ganó. Lo que siguió fue pan con lo mismo. Un velorio que en mi cabeza duró días, que nos vieran mal en la funeraria por andar contando chistes, y un entierro en total silencio.

Cuando murió mi abuelo no me tocó ver su cadáver, afortunadamente, pero el proceso fue el mismo. Funeraria, chistes, entierro muy largo por problemas técnicos en el cementerio, pero nada fuera de lo normal.

También me tocó otro, en San Luis, del que no voy a hablar, porque me excomulgan, pero a los que les he contado, conocen el drama.

Cuando se muere mi madre, me entero porque mi hermana es quien me llama, diciéndome “parece que”… media hora después, ese parece ya no me latía, y sin confirmación, me lancé a San Luis, teniendo escasos 15 minutos para arreglar todo lo necesario.

Igual, manejar 3.5 horas, llegar a casa con toda la intención de estar correctamente vestido de negro (no, no pude) y llegar a ayudar a mi padre con los trámites fue algo en lo que me sirvió el tomarlo fríamente, ya que a mi padre le tocó toda la parte fea. Lo menos que podía hacer era sacar el certificado de defunción y demás detalles.

Mi hermana, quien llegó destrozada, se encargó después de ver que todo estuviera presentable para el velorio (mi tercer cadáver, menos impactante), y de ahí, siempre agradeciendo, a mis primos que se encargaron de controlarme con aquello de los chistes, pero más en especial cuando sabe quien demonios llegó, y dijo “oremos”.

Ende

Mis experiencias con la muerte probablemente no han sido tan dramáticas como otras, pero son sucesos que, hasta cierto punto, han intentado agarrarme en curva. Todas las veces, hasta ahora, las he tomado con cabeza fría y haciendo lo que se debía o tenía que hacer.

Algunas personas dicen que hay 5 pasos en el duelo: Negación, Ira, Negociación, Depresión, Aceptación. Creo que en todos los casos a mí me ha tocado la de Aceptación, porque no recuerdo haber pasado por ninguna de las otras.

Obvio, no es padre pasar por esto solo, es muy fácil también hacerse el fuerte y hacer como que no pasó nada. Ya posteriormente se puede platicar (o escribir). No es algo que se tenga que ver como tabú o algo innombrable (conozco a varias personas que si hablas de eso casi que te desheredan o te dejan de hablar).

Es un proceso natural por el que todos debemos pasar. Algunos antes que otros, algunos avisando, otros sorpresivamente. Unos se adelantan porque quieren, a unos los adelantan.

Pero, depende de varias cosas, lo podemos considerar un final definitivo, o simplemente un paso más en el proceso.

Hay muchas maneras de hablar de este tema… probablemente lo retome en un futuro.

Author

Diseñador Gráfico, Administrador, Profesor, Fotógrafo, Gamer… De todo un poco… y sí…

No Comments

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Consent Management Platform by Real Cookie Banner