En estos últimos días, me ha tocado ver un par de casos que no es posible mencionar aquí directamente, pero que, por alguna razón, insisten en hacer cosas simplemente porque se puede… sin darse cuenta realmente si es necesario, o si es simplemente un pretexto.
Las personas a veces creen que si las cosas no cambian, están mal, y me ha tocado ver varias veces como el meter cambios obligados donde no eran necesarios, terminan con el producto o la persona.
Ojo, no estoy diciendo que sea malo cambiar, pero la necesidad que tienen algunas personas de querer meter cambios, aunque no sea necesario, simplemente porque los demás lo están haciendo, no es bueno.
Es como si en el cine, un día decidieran que ya basta de palomitas porque todos los cines tienen, las quitaran y las cambiaran por galletas saladas… seguramente los asistentes dejarían de ir a ese cine. Ya que las palomitas son parte esencial del mismo. O cuando van a su restaurante favorito y resulta que el platillo estrella está todo cambiado y distinto.
Puesto de otra manera, la gente ve la evolución como revolución, que no es lo mismo. La primera es orgánica, lenta, pensada, y a veces sin ser elegida. La segunda es un cambio rápido, simplemente porque alguien decidió hacerlo, sin importar lo que los demás pensaban o querían.
Muchas veces queremos cambiar nosotros mismos por alguna razón, ya sea presión social, laboral, familiar… pero no es necesario. En estos momentos, en el planeta, se están realizando muchos de este tipo de cambios, en donde lo exigen e imponen, sin pensar si es bueno o no, si es necesario o no, o si alguien lo requiere o no.
Yo no estoy en contra de que lo hagan, pero si estoy en contra de que lo impongan a los demás, nada más porque sí. Porque lo que veo que están logrando al final de cuentas, es que las personas a las que están obligando a cambiar, están cambiando por fuera, pero armando una revolución en secreto.
Rediseñar algo probado simplemente para ver como funciona… cambiar una receta para ver si nos ahorramos unos pesos, cambiar el modo de vestir para encajar, dejar de hacer algo que nos gusta porque a los demás no les gusta (tema que quiero tomar a fondo)…
Si vamos a cambiar, vamos a hacerlo de una manera pensada, con calma, y realmente dándonos cuenta de las posibles consecuencias de esos cambios, y a qué tantas personas afectamos. Algunas veces esas personas son el motivo del cambio, y son las primeras que lo rechazan… y muchas veces no hay marcha atrás.
Una vez más, no digo que el cambio sea malo, pero sí es necesario que sea algo planeado y analizado, para no arrepentirnos después. Si el cambio es necesario y natural, irá sucediendo poco a poco… evolucionando. Los cambios drásticos, tipo telenovela en el que la persona regresa totalmente distinta a lo que era (siempre para bien… raro), pasa pocas veces en la vida real.
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