Amistad y familia

Amistad, ¿qué es esto tan precioso y tan delicado? Familia, ¿por qué a veces se confunden con amistad?

La amistad es ese lazo que se forma entre dos personas o más, que supera problemas y persiste a través del tiempo… si se cuida y se mantiene.

Afortunadamente, he tenido buenos amigos durante mi vida. Una de ellas persiste desde cuarto de primaria, aún estamos en contacto y, aunque no nos vemos casi nunca porque vive en un lado que no recuerdo, pero es de esos que da hueva ir, seguimos en contacto ocasional, sin falla, y como si nada.

Y realmente agradezco que eso todavía exista.

Algunas veces, las amistades son para toda la vida, e, incluso, podemos decir que esas amistades se hacen como familia… eso que dicen por ahí, “la familia que escogemos”. Es más, algunas veces, se hacen mucho más importantes que la familia.

Los amigos son esas personas a las que les contamos nuestros turbios secretos, sabiendo que no nos van a juzgar, y que si lo hacen, no afectará a la amistad.

• Sidenote: eso de que nunca te juzgan no me lo trago jamás, todos juzgamos a todos de alguna manera, pero hay buenas, y hay malas.

Los amigos son esas personas a las que podemos contactar a cualquier hora del día o noche, y, que al menos, nos van a decir que en cuanto puedan nos contestan. (Sí, ellos también tienen vida, no están nada más esperando a ver qué sucede con nosotros).

Son esas personas que nos entienden cuanto tenemos problemas y tratan de ayudarnos, o festejan con nosotros nuestros logros, dentro de lo posible.

¿Qué pasa cuando no se mantienen? ¿O cuándo las ignoramos? Probablemente, llegamos a pensar que, ya que somos “tan amigos”, si interrumpimos la comunicación no va a pasar nada… pero pasa, y no siempre es bueno.

Tengo amistades, a las que aprecio mucho; sin embargo, con las que jamás hay contacto, y cuando yo decido iniciarlo, de alguna manera resulta que el que hace las cosas mal soy yo, porque nunca me comunico. “¡Es que tú nunca nos buscas!”

La amistad es una calle de doble sentido, señores.

Ahí es cuando, a veces, es conveniente evaluar, y decidir. No estoy diciendo que hay que mandar todo al carajo, pero así es como, al final, se pierde el contacto, a veces de manera permanente.

Durante mi vida, he perdido contacto con muchos amigos, ya sea porque yo quise un espacio (la típica en primaria de cuando uno se ve diario hasta que uno se harta), o al revés. La gran mayoría de esas ya no existen como amistades. Probablemente, somos cuates, pero ya no tan amigos como antes. Si los quisiera contactar, no tengo cómo hacerlo, y si sí, seguramente ni siquiera se van a acordar de uno, a menos que saquemos la potosinada y tengamos que mencionar el árbol genealógico completo.

Lo digo porque este diciembre pasado, 2024, tuve una bastante agradable sorpresa con un par de gentes que reaparecieron en mi vida, después de años, y prácticamente como si no hubiera pasado nada. ¡Como si nos hubiésemos dejado de hablar por una semana! (Y de la misma manera, afortunadamente, no pasó con otras personas que no quiero ni pensar en ellas.)

A veces las amistades surgen de donde menos se lo espera uno, en especial cuando hay una diferencia de edades tan grande. También tengo de esas, y se agradecen, harto mucho. (Pleonasmo premeditado, puristas).

Además, hay de amigos a amigos. No todos somos monedita de oro, así que no vamos a encajar con todos en todos lados. Hay amigos basados en intereses: Los del deporte, los de las comidas, los del cine, etc.

• Nota desmoralizadora: Tener familia no es tener amigos. Se pueden hacer amigos dentro de la familia, pero, no por ser familia, automáticamente son amigos.

La familia

Las familias tienen ciertos derechos, pero, muchas veces, estos se rebasan para el beneficio de una u otra parte. El problema es cuando sacan la justificación de “¡pero es familia!”, como si eso permitiera por default que hagan o nos hagan lo que se les da la gana, y ni madres.

Probablemente, menos después de todos los escándalos familiares que me tocó vivir de segunda y primera mano.

¿Tengo amigos en mi familia? Obvio sí. ¿Soy amigo de algunos familiares? Espero que sí. Sin embargo, con los demás, no por ser familia, voy a brincar y rendir pleitesía o permitir que decidan por mí Dioses, lo han intentado, y las últimas veces, no les gustó la reacción.

Ende

A los amigos se les cuida, se les atesora y se les defiende. La mayoría de las veces están ahí, no porque quieren sacar una ventaja de uno (eso es bien fácil darse cuenta de), sino porque quieren estar… o queremos.

Los amigos son la 3a o 4a persona en la lista de “¿Qué pasa si me muero?” Que nos obligan a llenar en el banco y en el trabajo. Si no es que están más arriba. (No la de “a quién le dejo la deuda”, sino la de “quien se queda con las migajas”).

A los cuates se les saluda.

La familia es familia.