¡Cumplo medio siglo este año! Y no sé si decir “¡Yei!”, o “¿Yei?”.
Mi vida no es nada, así como que “sobre saliente” o “normal”. Aunque realmente no creo que nadie tenga una vida normal por ningún lado. Todas las personas han tenido algo específico de su vida que las hace especiales.
Más pero sin embargo, hace poco me puse a pensar, y creo que las personas de mi generación hemos sido testigos de algo bien interesante que ha llegado a todo el mundo: La revolución digital y de medios, como la llamo yo, la cual incluye muchas cosas.
Revolución Digital

Mi generación, y los que estamos cercanos a los 1970, hemos visto cómo las computadoras han crecido de un nicho bien específico, como las universidades y las escuelas, hasta algo que está por todos lados.
A mí me tocó trabajar, como creo ya lo he dicho antes, con computadoras extrañas que utilizaban cintas de casete para cargar juegos que podían verse en una micropantalla blanco y negro. Ahora, con el VR y todas esas cosas, es cuando me doy cuenta de todo lo que la tecnología ha avanzado o no: HDR, sonido espacial que te hace sentir como si estuvieras ahí (¡Not!), controles ergonómicos que facilitan la vida.
Probablemente, menos interesante, pero, recuerdo mucho las impresoras de golpe que se tardaban años en imprimir las tareas, hasta las impresoras láser a color que imprimen prácticamente inmediatamente. Ya hubiera yo querido imprimir todos esos trabajos largos de secundaria que se tomaban toda una tarde del domingo en 5 minutos.
Pero, creo que algo que empezó de manera análoga y ahora es prácticamente 100 % digital, son los medios. Esto fue lo que me hizo caer en cuenta de cómo las cosas han avanzado.
Revolución de Medios

Yo tengo aún por ahí, discos de acetato (en algún lugar de la casa de San Luis, que espero sobrevivan). No podías andar por todos lados escuchando música. Realmente te tenías que poner en el cuarto en donde estaba el tocadiscos y ponerlo. Escuchar, darle la vuelta cuando se acababa un lado, y escuchar el otro. Recuerdo mucho el ir a Sanborns a comprar discos de los artistas que me gustaban. No sé por qué en esa época no me ponía a escuchar la gigantesca colección de clásicos de mi padre.
Los casetes eran la parte móvil, pero que se escuchaba en el carro. Tenías que darle la vuelta cuando se terminaba, si tu estéreo no lo hacía de manera automática. Y si querías una canción específica, te tenías que tomar el tiempo de adelantar y regresar la cinta. Los casetes nos ayudaron, eso sí, a grabar de los discos de acetato a casete, y poder llevar tu música de LP a donde fuera. Cuando llegaron los Walkman, todo se hizo más móvil y fue cuando los casetes realmente despegaron en la gente de mi época.
Luego llega el CD. Digital. En un inicio, de nuevo, encerrados en casa, porque no había cómo poner CD’s en los coches. Y cuando hubo, tenías que manejar con cuidado para que no se estuviera saltando el disco. Luego vinieron los anti-skip, y después, las cajas que te permitían tener más de 1 disco en tu coche.
Y luego, los MP3, que igual, en un inicio, no eran tan móviles, pero nos ayudaron a ‘quemar’ nuestros CD’s y ahora tener miles de canciones en la computadora. Cuando llegaron los reproductores portátiles de MP3 y los estéreos que lo hacían, nos despedimos de los CD’s.
Ahora, todo es streaming. La música la tengo ‘ilimitada’ (tanto en lo que puedo escuchar como en los artistas a los que tengo acceso) en un catálogo en línea que puedo escuchar donde sea y cuando sea. Puedo meterle música a mi celular, a mi reloj (disque)inteligente (es algo bobo, pero hace lo que tiene que hacer), a mi tableta, a la tele, a las consolas (las de base y las portátiles) y demás, todo con una bonita mensualidad.
Esto no solo incluye a la música, sino también el cine y la televisión (aunque el cine SÍ se ve mejor en el cine), que puedo ver cuando se me dé la gana (si está en alguno de los servicios de streaming que tengo o estén disponibles en México [y la gente habla de la globalización. ¡JA!]). Es bueno que cuando me quiero educar, puedo ver ‘La Rosa de Guadalupe’ donde sea.
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A mis 50, estas dos cosas son las que realmente más me han impactado, pero creo más la de medios. Me encanta el cine, se me dificulta sobremanera estar sin escuchar música, ya sea en casa o en el trabajo y el tener la facilidad de tener toda mi música conmigo, es algo que aprecio mucho. No comprendo cómo hay gente que le apaga la música o el audio a los videojuegos y pone otro tipo de música de fondo (Si es que mi sobrino lee esto, sí, me refiero a ti).
No sé qué más vaya a suceder de aquí en adelante. Tengo imaginación, pero no sé qué más pueda suceder, que no sea que nos bombardeen con música directamente al cerebro, y de paso nos hagan un lavado del mismo que nos obligue a consumir porquerías innecesarias. Pero, si tiene música de fondo, ¿por qué no?
Más allá

Algo que poca gente sabe directamente por mí, sin embargo, si prestan atención, se darán cuenta, es que soy algo fatalista. Toda esta revolución digital y de medios, nos ha ayudado realmente a tener una comunidad global de personas que pueden trabajar en todos lados, las 24 horas del día, y estar comunicados. Esto, creo, se ha convertido en un circo gigante, tanto de medios, como de redes sociales.
Simplemente, ver cómo las cosas se están moviendo, yo le daba un aproximado de 2 años a que algo muy feo, pero interesante, suceda en el mundo… ahora ya ando por el año y medio o un año. Todo se ha polarizado bien cañón, o es negro, o es blanco, y si no te gusta el color en el que estoy…
Espero equivocarme, y en otras entradas hablaremos de cosas como estas, pero, primero, ¡Feliz Cumpleaños a mí! Y a mi hermana, que es del mismo día.
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