Problemas

Todos tenemos de estos, de una u de otra manera, pero los tenemos

¿Qué son?

Un problema es algo que nos incomoda y que tenemos que solucionar, o al menos, tratar de. Algo que nos impide lograr eso que queremos o necesitamos, y por eso, vamos a tratar de solucionarlo.
 
A veces, el asunto es que no sabemos priorizarlos, y decidimos, por alguna razón u otra, que todos tienen la misma importancia y todos necesitan una solución rápida y definitiva… muchas veces sin importar las consecuencias.
 
Un claro ejemplo de esto, son las personas que, para salir de una deuda, se endeudan aún más. Esa salida es efectiva, al menos, por un par de días, y es tan fácil, que conozco a muchas personas que luego buscan una tercera opción para salir de la segunda, ad infinitum… hasta que terminaron con agiotistas.
 
Otra es cuando sacrificamos algo esencial por algo no esencial. En eso yo soy experto, y me ha costado solucionarlo, pero lo he logrado. Un ejemplo es dejar de ir al súper por comida (porque además me caga ir al súper), y terminar gastando de más porque es más fácil ir al Oxxo, que es más caro.
 
Hecho, que hueva andar haciendo de comer y todo el relajo que incluye lavar platos y demás, pero sí sé, bien en el fondo de mi cerebro, que a mí me queda mejor la pasta que lo que sea que pueda encontrar en el Oxxo.

Los Demás

Algo que luego sucede, es cuando alguien tiene un problema, y se lo achaca a los demás, lavándose las manos y no queriendo ser responsable de su problema.
 
En estos casos, caen las personas con el típico: Si todos están tomando (alcohol, o fumando), ¿cómo no voy a tomar (o fumar) yo? O la otra más estúpida aún, cuando alguien le pinta el cuerno a su pareja: tengo necesidades.
 
Ahí el problema no es el ambiente, ni que las cosas sucedieron de una manera en que se prestó la situación. A menos que puedan probar con certeza que alguien los estuvo amenazando a punta de pistola, les inyectaron el alcohol, o los amarraron y les pusieron el cigarro en la boca, o peor, los abusaron. Alguien no tiene la suficiente fuerza de voluntad (o ganas) de no caer.

Pretextos

Esto nos lleva a que, muchas veces, es más fácil echarle la culpa a los demás que aceptar que el problema nos controla. O no supimos cómo, o tuvimos cómo arreglarlo.
 
Las personas que no hacen la tarea, sino hasta el final, porque no tuvieron tiempo, pero bien que lo desperdiciaron haciendo otras cosas, son un claro ejemplo de esto. Como maestro lo vi muchas veces. Dejas algo que sabes que, hasta viendo la tele o videos, lo haces en uno o dos días, das una semana, y no lo entregan.
 
Y a veces es porque tienen otras cosas que hacer (más o menos importantes según ellos), pero, al menos como alumno, lo esencial es la escuela. Si es trabajo, eso es más relevante que lo que sea que tengas que hacer, a menos que sea una emergencia familiar de las buenas o personal… pero no resfriado o un dolor de cabeza (la migraña sí aplica).

Soluciones

Muchas veces, la solución es estúpidamente sencilla, pero eso mismo nos lleva a querer postergar las cosas, total si acabamos… y al final del tiempo, resulta que no lo tenemos ya, porque no supimos organizarnos.
 
Lo mejor, para esto, es simplemente empezar. ¿Y por qué no? Buscar ayuda. Sin embargo, no a alguien que nos saque del problema sin que nosotros hagamos nada. Eso no es solucionarlo. A la larga, esos favores nos van a costar, y los vamos a tener que pagar de regreso.
 
Hay muchas maneras en esta época de lograr encontrar soluciones. Antes de que salieran todas las AI’s, todo estaba a un Google de distancia. Pero ahora, ¿cómo vamos a desperdiciar 5 minutos de TikTok en eso? Mejor preguntamos y ya. No obstante, a veces, eso solo nos va a meter en un problema más, ya que no analizamos lo que nos dan y simplemente lo tomamos como canon.
 
Y alguien se va a dar cuenta de ello.

Ende

Sonando bien “papá”, la mejor solución es salir del problema primero, pensando en el cómo y sus consecuencias, y después haciéndolo y ya.
 
Entre más vueltas le demos al negocio, más flojera nos va a dar y menos lo vamos a querer hacer. Y al final, o lo vamos a terminar abandonando, dejando que crezca, o lo vamos a hacer mal, y seguramente, lo vamos a tener que solucionar, peor, más adelante.
 
Hay gente que, hasta el día de hoy, sufrimos con este consejo… Practica lo que predices, dicen… Put your money where your mouth is.

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