Desde que yo recuerdo, ha habido mascotas en la casa. A mi edad, ya no recuerdo de dónde salieron varias, pero sé que ahí estaban.
Estos son animales de compañía, que nos ayudan a luchar contra la soledad y la depresión. Nos acompañan cuando estamos tristes y cuando estamos contentos. Para algunas personas, se convierten en el centro de nuestras vidas, en casa, muchas veces tomando el papel de “dueños” del lugar.
A mí me gustan las mascotas, y después de mucho tiempo de vivir solo en Morelia, desde hace 2 o 3 años tengo un gato que se llama “Chooj”, al que adoro con toda mi vida. Es un tipo agresivo, loco, que como todos los gatos, cuando me necesita hace lo imposible porque le haga caso, pero cuando no, desaparece misteriosamente en la casa.
Además de una serie de ratones, denominados “Anastacio I, II, etc.” a los que nunca he visto, pero sé que existen, en especial cuando me encuentro a uno momificado en el sillón porque mi gato lo escondió.
Y sí, los gatos son mis favoritos. Sangrones, mamones, independientes, que saben defenderse cuando se les presiona lo suficiente y atacan sin compasión cuando se sienten realmente agredidos… me pregunto por qué.
“Nicolás”, “Musa”, “Neko”, “María (la devoradora de tocino)” y varios más que no recuerdo, han sido los gatos familiares.
No Comments