La simpleza cansa

Cuando algo que no debería de cansar, cansa, y regresamos a lo complicado y estructurado.

¿Cómo?

Pertenezco a un chiqui-club de lectura, que es bastante interesante y entretenido. Después de tantos años de no agarrar un libro, el último fue el Silmarillion hace como 4 años (tercera vuelta), comenzamos a leer cosas interesantes y divertidas.
 
Creo que llevamos ya unos dos años, meses más, meses menos, leyendo libros interesantes y de renombre… pero lo penúltimo que leímos, porque ya empezamos otro, nos cansó sobremanera debido a lo ¡meh!, que está.

El camino

Empezamos con “Dune”, no recuerdo por qué. Seguramente por las películas o algo así. Yo ya lo había leído hace mucho, pero ya se me había olvidado más de la mitad, y ya había visto la primera película de Denis Villeneuve, así que una refrescada me caería bien.
 
Obvio, no voy a narrar el libro, eso está para otro proyecto, pero para los que lo hayan leído, saben que no es un libro fácil. Es harto complicado, y una de mis citas favoritas de toda la vida de un libro, viene de ahí mismo.
 
Luego, seguimos con “El Retrato de Dorian Gray”. Ese sí, nunca lo había leído, sin embargo, ya conocía la historia y había visto series y películas, tanto basadas en el libro como nomás, en donde salía el personaje. Al final de cuentas, la historia del tipo hot al que le hacen una pintura que envejece en vez de él, es conocida por casi todos.
 
Luego me distraje con uno que no pasó a mayores, no lo acabé porque decía que se trataba de X, y más de medio libro después, seguía hablando de Z.
 
Y luego Narnia.

Un mal descanso

Comenzamos como se publicaron. Así que el primero fue “El León, La Bruja y el Armario”. Igual, película vista, pedazos de serie de caricaturas vista en Alaska hace mil años, y varios videos en YouTube porque es el libro más famoso de todos. Está entretenido, y realmente de eso, no puedo quejarme.
 
Luego seguimos con “El Príncipe Caspian”. De este no tenía ni idea ni había visto la película ni nada. Pero es entretenido andar viendo el show, y la lucha entre los naturales de Narnia y los invasores. La mitología sigue un poco, y además, como buen libro de fantasía, no es como que “10 minutos después” del otro libro. Aquí pasaron años y Narnia es un desmadre.
 
Terminamos y decidimos seguir… ¿Qué podía pasar?

Kinder ABC

“La travesía del Viajero del Alba” es lo que sucedió. Yo no sé si al autor se le acabaron las ideas, pero es una cosa totalmente distinta a los demás. Parece un pasquín que se juntó después de un rato de su publicación, ya que son puras historias pequeñas en el mar.
 
Cada una de las historias se resuelve en un máximo de no más cuatro (muy cortos) capítulos. Que si los esclavos, que si el dragón, que si la güigora de la mar… Y cuando la solución no llega por parte de los mismos personajes, dándose cuenta de que era bien fácil salir del apuro, (chucho) el león los salva simplemente con aparecer, ya sea en una memoria o así, bien de lejos.
 
Pero conforme el libro va avanzando, se hace más simple, más directo y más sin chiste. El mero final es, en resumen, Aslan dando las gracias y corriendo a los Pevensie, en menos de dos páginas.
 
Según mi opinión, hasta la película es mejor. Y eso que le cambiaron un chingo de cosas… probablemente por eso.

La frescura

Ya después de ese susto y tiempo perdido, decidimos seguir con Eragon, el cual, desde el primer capítulo, me volvió a atrapar por estar, al menos, escrito con más ganas.
 
No voy a aceptar como pretexto “son libros para niños”. He leído cuentos para niños más complejos, mejor escritos y desarrollados que ese tercer libro.
 
Terminaremos con los demás, probablemente, pero no ahorita. Ahorita queremos un libro de verdad… Eragon

No Comments

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Consent Management Platform by Real Cookie Banner