Gamification gone wrong

Un hombre peleando a muerte contra un búho verde.
Cuándo algo comienza siendo divertido, y termina convirtiéndose en algo terrible

Gamificación*

Con el advenimiento de los celulares y las apps móviles, se hizo muy común comenzar a observar la gamificación en todos los aspectos de la vida. Surgieron una cantidad de buenas y malas aplicaciones que trataban de convertir el aprender o trabajar en algo más tipo juego.
 
Cuando daba clase, recuerdo cómo todos los profesores y demás personas se volvieron locos con el Kahoot (que es bastante bueno y divertido), y funcionó con los alumnos como por uno o dos años. Al rato ya se les hacían cosas para niños, pero a nosotros nos obligaban a, mínimo, utilizarlo una vez por parcial, y mandar evidencias.
 
Esta estrategia comenzó a fallar debido a que ni siquiera a los profesores nos gustaba andar haciendo Kahoots para los alumnos, y a ellos no les gustaba contestarlos.
 
De entre todas esas plataformas y aplicaciones de aprendizaje que surgieron, con la que más tuve participación, fue con el búho verde. Duolingo.

Duolingo

Algo que nunca he entendido bien de mi vida, es porque, si leo el francés, lo entiendo. ¿Por qué? Ni idea, pero fue muy útil cuando viajé a París con mi hermana.
 
Así que decidí, en el 2019, más o menos, comenzar un curso de francés con el búho.
 
En un inicio era muy divertido. Podías intentarlo varias veces, y tenías tiempo para hacerlo, con errores o sin errores.
 
Conforme fue pasando el tiempo, me pasé de la computadora al celular, y me tocó ver, poco a poco, cómo la app cambiaba y se hacía cada vez más interesante y cada vez más exigente.

La muerte del búho

Llevar una racha sin romperla, se convirtió, en algo que podías intentar un par o hasta tres veces en un día, en algo técnicamente imposible. Eso me llevó a tener que pagar una suscripción (anual, por error) para rescatar la racha y seguir.
 
Pasó un año, y se terminó mi suscripción y regresé a la normalidad, a una aplicación extremadamente punitiva con respecto a cómo era antes.
 
Ahora, si te equivocas las 5 veces que te tocan, ya no puedes hacer nada hasta el otro día, y tu racha, pues, a la fregada, porque obvio no lo vas a lograr.
 
Muchas veces, las respuestas no correspondían a un lenguaje bien estructurado (no el francés, ese lo estaba aprendiendo), la frase que había que traducir, desde un inicio, estaba mal. Más notorio aún, cuando era obvio el error, y lo querías reportar, mágicamente esa opción, faltaba dentro de la lista de opciones.
 
Lo intenté tres semanas. Pero, cuando ya llega el punto en que no puedes dormir porque te faltó el francés, cuando estás más pensando en perder la racha que en realmente aprender francés, que en otra cosa, ya hay un problema.
 
Probablemente, soy yo, pero Duolingo dejó de ser divertido para mí. El estrés que me ocasionaba era estúpidamente demasiado. Así que la semana pasada, borré mi cuenta, y la verdad, soy más feliz.
 
Esto sin tomar en cuenta el asunto de que ahora quieren usar más AI que humanos para las clases, lo cual va a llevar a más errores y perder la personalización específica de los lenguajes por irse a algo genérico que en nada ayuda.
 
Cuando algo que comienza siendo divertido, termina siendo más obligación y nos pesa más que ayuda, ese algo ya no vale la pena. Cuando la empresa hace lo imposible por hacerte la vida difícil, con tal de cobrarte para poder seguir, esta deja de querer ayudar a las personas, y en quererse ayudar solo a ella.
 
Y aunque el objetivo de toda empresa es generar ganancias, aislar y castigar a tus usuarios, no creo que sea buena estrategia.
 
No digo que sea mala, pero sí, no la recomiendo ya.

*La RAE lo quiere como ludificación… eat my ass.

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