El FOMO, identificado por primera vez en 1996, es ese sentimiento que nos suele dar en ocasiones, cuando el no estar enterados o no sabe qué está sucediendo, nos agobia, muchas veces, logrando que hagamos burradas para evitarlo.
Aunque ya lleva varios años identificado, el FOMO se intensificó con el advenimiento de las redes sociales y el exceso de información que podemos ver de ellas, lo que, además, nos lleva a cosas peores, como depresión.
¿Cuántas veces no nos hemos levantado y revisado nuestro celular para ver qué pasó en las pocas horas de sueño que tuvimos?
O, ¿quiénes no se vuelven locos cuando, por alguna razón, se cae el WhatsApp? ¿O las redes sociales?
Ok, muchas veces es porque esa es nuestra fuente principal de información (malo), pero, la mayoría de las veces, es por no poder saber qué sucede.
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