El Chisme

Todos lo hacemos, aunque unos digan que no. Mi opinion en sus causas, motivos, y resultado.

¿Qué es?

El chisme es eso que se “cuenta” por ahí, el secreto a voces, lo que nos confesaron en privado, pero, queriendo o no, contamos a alguien más. Son los rumores que, a veces, nuestras cabezas crean, simplemente con la esperanza de que sean verdad o no.

La mayoría de ellos son malintencionados, y están creados con toda la intención de joder, fastidiar o hacerle la vida de cuadritos a alguien. ¿Cómo es posible que, inexplicablemente, los rumores del o los hijos perdidos del patriarca de la familia surjan siempre en el cepelio?

¿O que los defectos de alguien lleguen de manera misteriosa al jefe de la persona, justo cuando están pensando en promoverte o aumentarte el sueldo?

Muchas veces, si no es que la gran mayoría, creo yo, son porque el suceso, o lo que está sucediendo, no nos parece, y no queremos dejar de ser los protagonistas del momento… o queremos ser los protagonistas del momento. Hay gente que siempre quiere ser la protagonista de la historia.

Por eso siempre existe la comadre (tía, pariente) que saca esos trapos al sol cuando nadie le preguntó, y se dio cuenta de que todos le festejaban a la cría de la hermana alguna pendejada (o algún logro; así se hacen los chismes). “¿Que le aplauden?, si dicen que en el kinder golpea a sus compañeros”. Que probablemente no, pero la intención de hacer que de lo positivo se cambie a lo negativo es lo esencial de ese chisme.

Cuando son chismes laborales, suelen ser para demeritar a nuestros compañeros. “Se roba el dinero”, “se acuesta con la jefa”, etc. Probablemente haya pruebas de la primera, pero, ¿la segunda? ¿Cómo chingados saben?

Lo contrario es cuando queremos que el chisme sea bueno, o por buena onda. Cuando dejamos salir las ventajas que tiene una persona para que les caiga mejor a las demás, u obtenga el puesto que quiere. Esto es más extraño, pero lo he visto.

Aun así, la gran mayoría de las veces, es para destruir a los demás, y yo he sido partícipe de eso.

En San Luis Potosí, ese es, o era en mi época, el deporte estatal. Miles de veces, cuando llegaba una persona nueva a un grupo, se le hacía lo que hoy se llama un “background check”, y de eso dependía su recibimiento. Peor aún, si la persona decidía cambiar de amistades, porque el chisme se convertía en tierra de nadie. Había que inventar algo para destruir y negar a la persona a como diera lugar.

Levanto la mano en la universidad; lo hice varias veces. Pero ahí lo podemos justificar (no, no es excusable) como YOLO, aunque eso no existía. Padre era verlo con personas adultas “responsables” cuando se querían deshacer de alguien de su grupo. Lo que inventaron fue culpa de todas y todos, pero hasta donde lo llevaron fue lo impactante.

Obvio, no voy a decir nombre, porque es entrar en esto, y en especial porque algunas de esas personas siguen vivas.

En fin. El chisme no es 100 % malo, pero un 99 % de las veces sí. Cuando es bueno, lo suele llamar “crítica constructiva”; sin embargo, es lo mismo.

¿Por qué no los evitamos y decimos las cosas de frente?

¿La verdad?

Pierde lo divertido.

Aun así, no lo hagan.

O háganlo bien, cubriéndose las espaldas y luego no anden chillando porque les hacen lo mismo.

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