¿Qué pasa si convertimos una historia que originalmente es rara y nunca nos da una solución satisfactoria y la aterrizamos en algo más… lógico?
Eso es lo interesante de este juego, en el que la historia conocida por la mayoría de las personas, es transportada a la “realidad”, y encuentra una solución más… feliz.
American McGees’s Alice sale al mercado en el año 2000, publicado por EA, pero diseñado por Rogue Entertainment. Y lo primero que salta a la vista con este, es su portada, en la cual aparece Alice Lidell, salpicada de sangre, al lado del gato de Cheshire.
Como la mayoría de los juegos de esa época, es un FPS (First Person Shooter), que, dentro de sus limitaciones, logra, personalmente hablando, un ambiente muy interesante.
Prácticamente, una continuación de “Alice’s Adventures in Wonderland” y “Through the Looking-Glass, and What Alice Found There” de Lewis Carroll, el juego nos presenta una narrativa posterior, en donde vemos, a la protagonista dormir plácidamente mientras, su gato, accidentalmente, crea un incendio en su mansión del que solamente ella sobrevive.
Ahora, institucionalizada y traumada en uno de esos maravillosos manicomios de la época victoriana, podemos ver cómo, por mero accidente y un acto de piedad de una de las enfermeras, Alice regresa a Wonderland, donde todo está ahora retorcido y oscuro.
El gato de Cheshire es nuestro guía y acompañante, apareciendo, haciendo comentarios sarcásticos, y dando pistas antes de desaparecer, dejando ahora una macabra sonrisa por unos segundos antes de desaparecer totalmente.
Con distintas armas basadas en juguetes para niños, más incluyendo el “Vorpal Blade”, vamos progresando por los distintos niveles, como el valle de lágrimas, la tierra del espejo, y la tierra de la reina, cada una con sus detalles específicos, retorcidos, y conforme vamos avanzando, más extraños.
Cada vez vamos desenredando más la historia, dándonos cuenta de que el verdadero enemigo no es a quien todos, por alguna razón, creemos. Hay algo más allá.
Este soundtrack, para mí, es una maravilla. La música es de Chris Vrenna, quien fue baterista de Nine Inch Nails, y tocó junto con Marilyn Manson, y otros grupos.
Independientemente de su historial con el Rock Industrial, metal, alternativo y electrónico, esta música es maravillosa y perfecta para el juego, repleta de sonidos y elementos extraños, como relojes, e instrumentos algo desafinados.
Mucho tiempo después, sale una segunda parte, “American McGee’s Alice Madness Returns”, en donde nos encontramos a Alice viviendo en el orfanato de Angus Bumby, un psiquiatra que trata de ayudar a los huérfanos por medio de la hipnosis.
Alice vuelve a caer en la locura, y conforme vamos avanzando en el juego, que sigue siendo un FPS, pero más moderno, vamos descubriendo la verdadera historia, que causó el incendio en la mansión de los Lidell, y el porqué Angus está tan obsesionado con lograr que Alice olvide todo.
El primer juego se me sigue haciendo sumamente interesante y bonito, independientemente de la edad que tiene y los gráficos de la época. A mí, que me gustan mucho los cuentos infantiles y más aún cuando surgen versiones más adultas (originales, pues), me atrajo desde que lo vi, no recuerdo dónde.
Cuando descubrí que había una segunda parte, obviamente lo jugué, y, aunque se me hizo muy corto, es sumamente entretenido. La música es buena, pero no maravillosa como en el primero, ya que es de otras personas, aunque aún tiene una pieza de Vrenna (y se nota).
Hay un cierre, un anime, que no he visto, (porque lo descubrí haciendo la investigación para esta entrada), así que habrá que buscarlo.
Eso sí, sufre de su éxito. Es claro que en el primer juego, el incendio lo hace el gato accidentalmente, y en el segundo reescriben esto para lograr una historia. Esto puede ser visto de dos maneras.
Primero, nunca pensaron en llegar a hacer un segundo o más. El cuento de que todas las personas que escribimos pensamos en que siempre queríamos hacer una trilogía no me lo creo, porque siempre hay cambios drásticos de la primera parte a la segunda para poder lograr una tercera. Been there, done that.
Segundo, Angus y su hipnosis… Sí, esto puede salvar esta parte, pero se supone que esto surge después del primer juego, no durante…
En fin, esto no los des merita. Son un par de juegos que toman una historia difícil y fumada, y le dan un cambio oscuro e interesante. Sin tomar en cuenta que no es fácil de hablar de temas de salud mental, o de abuso de menores.
Recomendados: Sí, pero probablemente mejor vean un resumen en video. Los controles del primero son difíciles para los estándares de hoy, y el segundo tiene un par de lugares en los que es muy importante tener paciencia.

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