Los “cuentos de hadas”, historias con moraleja, existen desde hace muchísimo tiempo. Algunos son totalmente regionales, y otros son universales, o hay gente pinche con las mismas ideas en muchos lados del mundo, ¿por qué no?
En sus versiones originales, sirven para varias cosas. Una de ellas, es para que los niños se comporten bien, al asustarlos con cosas terribles que pueden suceder en el bosque, o para que se comporten bien y no anden haciendo travesuras.
Estos cuentos son parte del folclor (de ‘folk lore’ o conocimiento del pueblo), y es una de las razones por las que, muchos de ellos, están tan ubicados en ciertas partes del mundo. No es como que alguien se vaya a perder en el bosque en medio del desierto.
Historias cortas, que, usualmente, inician con ‘hace mucho tiempo’ u ‘once upon a time’, para indicar que estas historias son parte de un pasado lejano y mágico. Igual, en Alemania, se utiliza en algunas ocasiones el ‘In the old times when wishing was still effective’ o ‘en los tiempos viejos, cuando el hacer deseos era aún efectivo’, justo para resaltar esto.
De estas mismas historias, sacamos la terminología de “final de cuento de hadas” o “romance de cuento de hadas”, términos que ahora significan que, al final, todo salió bien y bonito, usualmente cuando la chica pobre se consigue galán millonario. Que, aunque sí, a los malos les iba mal, pero mal mal mal.
Los inicios de estos cuentos, fueron orales, casi seguramente, lo cual hace prácticamente imposible descubrir su origen, pero existen historias antiguas que se pueden calificar como de este tipo: Cupido y Psyche, por poner un ejemplo, que también es parte de la mitología griega.
Ahora tenemos algo llamado el ATU Index (Aarne–Thompson–Uther Index,
aquí) que clasifica estas historias en un índice en el que se conjuntan elementos comunes entre historias, y las divide en distintas clases como, animales, magia, religión, etc. Este índice es una gran ayuda para catalogar estas historias de una manera efectiva.