Cuando yo era niño, aunque existían cosas mexicanas por ver en la tele, casi seguro que eso estaba dividido en dos áreas. Noticias y telenovelas.
Obvio, no le hacía caso a las noticias (hasta el terremoto de 1985), y, por alguna razón que no entiendo mucho, qué digamos, con cualquier historia pendeja me clavo, así que fui novelero a más no poder.
Ya más grande, me di cuenta de que, además de las noticias y las telenovelas, también pasaban series americanas en las noches.
Ya para esa época me entretenía más con eso, pero al mismo tiempo, fue cuando me di cuenta de que las traducciones al español estaban bien pinches, cambiando muchas veces la intención del mensaje, o simplemente porque no se veía bien, así que no les hacía mucho caso que digamos.
En cuanto se pudo, comencé a ver todas mis series en inglés, sin subtítulos. E inexplicablemente, las disfruto así mucho más de lo que parecería, ya sean americanas o británicas. Y los británicos tienen acentos raros, y más cuando son escocesas. No tengo problema en entenderlas o escucharlas, a comparación de otras personas que necesitan los subtítulos o simplemente no pueden verlas en su idioma original.
En cuanto llegó el streaming, fui feliz totalmente. El poder ver películas en la comodidad de mi casa, tragando lo que se me dé la gana, y desde hace dos años con el gato al lado sin tener que sufrir con los subtítulos es maravilloso.
Después comencé a ver pocas series en distintos idiomas. Las mexicanas, obviamente, se ven en español. Pero algunas otras, muy pocas, francesas, que me aburrieron, si las vi en francés, pero con subtítulos.
Y, por mera curiosidad, y porque se veía interesante, comencé a ver una serie china. Y la verdad, me entretuve mucho, aunque parece que cambiaron de escritores o de idea a la mitad y el objetivo de la primera parte jamás tuvo tanta importancia en la segunda parte.
Los chinos tienen algo interesante. Su humor es raro… y no porque no hagan reír, pero pienso que todo lo hacen para ellos… chistes locales, aunque la intención sea que la serie se transmita internacionalmente.
Aun así, tengo que decir que tienen una muy buena producción. Las de artes marciales son bien exageradas, con gente volando por todos lados y defendiéndose de cuchillos envenenados, aventando nueces que los interceptan.
Las de Corea, son aún más extrañas. Su humor es bobo, y aunque la producción de las que he visto, no les llega a las chinas, son muy buenas. Tanto las serias, como las de artes marciales.
A veces, nosotros mismos nos ponemos limitantes para ver cosas en la tele. Hay gente que la odia a más no poder. Hay gente que la pone como ruido de fondo, y hay gente que la ignora.
Y no voy a decir que la tele es buena… porque a la larga, como todo, en exageración, es mala… por eso le llaman la caja tonta.
Pero si queremos ver series, a veces no tenemos que esperarnos a que salgan las superproducciones americanas, o que una pegue lo suficiente para que se haga mainstream.
Hay joyas escondidas, especialmente en Netflix, que es como que el más internacional, y realmente vale la pena ver una que otra… aunque sea como desintoxicante mental de todas las cosas terribles con las que tenemos que vivir y lidiar día con día.
Júntense a ver series desconocidas o que normalmente no verían, con sus mascotas, y su novio, novia, cónyuge o amigos y descubran algo nuevo… no pasa que pierden de 15 a 60 minutos y ya nunca lo vuelven a hacer… o chance y encuentran algo muy bueno y descubren nuevos gustos.

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