El Algoritmo

Los algoritmos que intentan, y muchas veces logran, controlar nuestra vida.

Los Inicios

En algún instante, yo recuerdo cómo la gente empezaba a alabar (en un inicio) el algoritmo que creó Google para manejar su sitio de búsqueda (cuando aún era % 100 útil) y todos, pero absolutamente todos, lo utilizamos para buscar lo que necesitábamos en línea.

O el algoritmo que utiliza Facebook para las recomendaciones de nuestro muro, cuando realmente nos metíamos a enterarnos del chismarajo y realmente valía la pena estar ahí. Al menos, para mí, Facebook ya es una necesidad porque debe de existir, pero me meto solo los jueves a hacer esta publicación.

Las innovaciones

Todos los usuarios de servicios, vimos cómo todo fue mejorando. La necesidad (que aún veo en muchas personas) y seguridad de hacer solamente click en el primer link que nos daba Google y desechar automáticamente todo lo demás (error si estás investigando cosas a fondo) era algo increíble. Todo lo que buscabas, enfrente de ti, y rápido.

O cuando entrábamos a Facebook y nos empezaban a salir cosas de esos familiares con los que habíamos perdido contacto o que realmente no nos interesaba en lo más absoluto saber de ellos (¡Saludos!) y amigos lejanos. Ahí era cuando todo esto era realmente interesante y útil.

Instagram también es de esas redes sociales en las que, en un inicio, veíamos fotografías bien tomadas y algo más artístico. Sugerencias de personas que amaban ese arte y nos mostraban lo mejor de ellos en la plataforma (ya hay alternativas, creciendo lento, pero hay).

Pero ahora, ¿qué?

Ca$h ca$h ca$h

En esta época, algunos siguen creyendo que las redes sociales y las grandes empresas son un producto que, por alguna estúpida mágica razón, podemos utilizar gratis, y no nos hemos querido dar cuenta de que el producto, somos nosotros.

Google ahora nos avienta primero lo que su AI decide que queremos ver, y muchas veces, nos cambia hasta la búsqueda que escribimos (ha de ser porque somos pendejos y escribimos todo mal) dándonos cosas que Google cree que es lo que queremos. También, hay modos de hackear ese sistemita y ver solo los resultados web.

Es nefasto, que si nosotros queremos buscar algo en específico, como un modelo de algún aparato, o alguna persona con un apellido raro, Google decida que no, que no queremos eso y seguramente quisimos escribir otra cosa. Digo, sí, a veces nos equivocamos, pero que por default asuma que nosotros estamos mal se me hace una tontería. Hay veces que la sugerencia realmente no tiene nada que ver con lo que queremos.

Facebook ahora lo único que nos presenta en el muro, son pendejadas y personas a seguir como influencers de barrio (los “buenos” no están en Facebook), los grupos de las señoras de la vela perpetua insistiendo en que nos vamos a morir todos por pecadores (hay que ser caballeros, después de ustedes, señoras), servicios inútiles wannabe que andan viendo como robarle dinero a la gente y así.

Instagram, que al menos en mi caso, está a escasos milímetros de convertirse en un portal no oficial de OnlyFans, y ahora, de cada 5 posts, 2 son anuncios, 2 son personas a las que chance y me gustaría seguir y uno, solo uno, es de las personas a las que sigo.

Y esto pasa en Twitter (KMA), Threads, y todas las demás. Estos portales, ahora, son prácticamente la sección amarilla con un toque de soft porn y religión.

¿Qué hacer?

Nada. Simplemente, buscamos las alternativas, si estamos dispuestos a intentar un cambio. Sistemas de búsqueda existen muchos, pero, con todo, aún no le llegan a Google, aunque la mitad de las cosas de Google ahora son anuncios.

Sociales, hay muchas ya, pero uno, la gente es necia y no quiere cambiar, además de que es técnicamente imposible pedirle a todo el mundo que cambie. Imagínense a su tía de 80 años a la que le tuvieron que enseñar por días cómo usar Facebook, y decirle que ahora se cambie a otra cosa…

Lo que, yo personalmente, creo que hay que hacer, es armarse y empezar a ver las cosas como lo que son, una aspiradora de información personal para que nos puedan vender cosas que las empresas creen que necesitamos.

Ser más críticos en lo que vemos y creemos. Estos sistemas se alimentan de controversias y del engagement. Ver cómo entramos, vemos algo que nos prende y cómo nos quejamos, porque no, no nos podemos quedar callados.

Nos dieron la oportunidad de hablar y opinar a todos, y se nos olvidó que:

Ende

Las redes sociales son un arma poderosa que se le obsequió a toda la humanidad, y que, como casi todo, decidió utilizar para beneficio propio. Solo nosotros podemos salir de ese círculo y darle la vuelta a la tortilla y empezar a utilizarlas nosotros.

Instagram es solo para ver gente bonita. Facebook es para hacer publicaciones y ver noticias amarillas, información pseudocientífica. Twitter para ver cómo la gente se pelea y habla de política. Linkedin es un show de cosas por las que queremos que nos alaben por, etc.

Úsenlas, pero no les den dinero. Cuesta más trabajo, pero, si ven un producto, búsquenlo primero, vean que sí existe y es de un vendedor responsable, y, si es posible, cómprenlo directamente. Eso les ayuda más a los del producto.

El Algoritmo va a seguir cambiando para darnos validación y lo que nos llene el cerebro de dopamina, y eso las hace justo como las drogas, adictivas. Los que las abandonamos sufrimos por un rato de síndrome de abstinencia, pero al rato se pasa. Si quiero saber qué pasa con mis amigos, mis carnales, la gente que me importa, les llamaré, mandaré mensaje (mientras no llenen WhatsApp de pendejadas), o así.

No Comments

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Consent Management Platform by Real Cookie Banner