Llevar una racha sin romperla, se convirtió, en algo que podías intentar un par o hasta tres veces en un día, en algo técnicamente imposible. Eso me llevó a tener que pagar una suscripción (anual, por error) para rescatar la racha y seguir.
Pasó un año, y se terminó mi suscripción y regresé a la normalidad, a una aplicación extremadamente punitiva con respecto a cómo era antes.
Ahora, si te equivocas las 5 veces que te tocan, ya no puedes hacer nada hasta el otro día, y tu racha, pues, a la fregada, porque obvio no lo vas a lograr.
Muchas veces, las respuestas no correspondían a un lenguaje bien estructurado (no el francés, ese lo estaba aprendiendo), la frase que había que traducir, desde un inicio, estaba mal. Más notorio aún, cuando era obvio el error, y lo querías reportar, mágicamente esa opción, faltaba dentro de la lista de opciones.
Lo intenté tres semanas. Pero, cuando ya llega el punto en que no puedes dormir porque te faltó el francés, cuando estás más pensando en perder la racha que en realmente aprender francés, que en otra cosa, ya hay un problema.
Probablemente, soy yo, pero Duolingo dejó de ser divertido para mí. El estrés que me ocasionaba era estúpidamente demasiado. Así que la semana pasada, borré mi cuenta, y la verdad, soy más feliz.
Esto sin tomar en cuenta el asunto de que ahora quieren usar más AI que humanos para las clases, lo cual va a llevar a más errores y perder la personalización específica de los lenguajes por irse a algo genérico que en nada ayuda.
Cuando algo que comienza siendo divertido, termina siendo más obligación y nos pesa más que ayuda, ese algo ya no vale la pena. Cuando la empresa hace lo imposible por hacerte la vida difícil, con tal de cobrarte para poder seguir, esta deja de querer ayudar a las personas, y en quererse ayudar solo a ella.
Y aunque el objetivo de toda empresa es generar ganancias, aislar y castigar a tus usuarios, no creo que sea buena estrategia.
No digo que sea mala, pero sí, no la recomiendo ya.
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